miércoles, 11 de noviembre de 2009

TERCER CORTE


Crear mundos narrativos




Renata Risotadas





Renata Ramos era una niña tan pero tan cosquillosa que sentía cosquillas hasta en el pelo, bastaba con rozarla un poco y de repente rompía en carcajadas interminables.

En ocasiones era vergonzoso, cuando la abuela Flor invitaba a sus amigas no faltaba la ancianita que le rozará la cabeza para saludarla y no podía parar de reír, o cuando visitaba el salón de belleza para cortar sus rizos eso si era de ¡Trágame Tierra! Pero la tapa era cuando el viento rozaba su cabello, la gente en la calle llegaba a pensar que estaba loquita.

La única que hacía vívidera la situación era su mamita Paula, que decía que cada sonrisa de Renata era como un rayo de sol y que disfrutaba cada vez que la peinaba en las mañanas ya que le alegraba el día.

Verle reír era, además de divertidísimo, tremendamente contagioso, y en cuanto Renata Ramos empezaba con sus cosquillas, todos acababan riendo sin parar, y había que interrumpir cualquier cosa que estuvieran haciendo. Así que, según se iba haciendo más mayor, empezaron a no dejarle entrar en muchos sitios, porque había muchas cosas serias que no se podían estropear con un montón de risas
Renata Ramos acudió a todo lo que pudo para controlar sus se ponía gorras de su papá y su hermano, gel del moco del gorila de Tarzán, lacas usadas por los astronautas, hasta decidió raparse alguna vez, incluso hizo un curso de yoga para ver si podía aguantar las cosquillas relajándose al máximo, pero nada, era imposible. Y deseaba con todas sus fuerzas ser una niña normal, así que empezó a sentirse triste y desgraciada por ser diferente.


Cierto día conoció en la calle a un mimo súper divertido era muy joven, pero cuando le vio triste y llorando, se acercó a Renata Ramos para hacerle reír. No le tardó mucho en hacer que Renata Ramos se riera, y empezaron a hablar. Renata Ramos le contó su problema con las cosquillas,..
Entonces el mimo le dijo que reír y hacer reír a carcajadas era un trabajo muy serio, le llevó a recorrer la ciudad, parando en muchos hospitales, casas de acogida, albergues, colegios... Todos estaban llenos de niños enfermos o sin padres, con problemas muy serios, pero en cuanto veían aparecer al mimo, sus caras cambiaban por completo y se iluminaban con una sonrisa. Su ratito de risas junto al mimo lo cambiaba todo, pero aquel día fue aún más especial, porque en cada parada las cosquillas de Renata Ramos terminaron apareciendo, y su risa contagiosa acabó con todos los niños por los suelos, muertos de risa.
Cuando acabaron su visita, el anciano payaso le dijo, guiñándole un ojo.

¿Ves ahora qué trabajo tan serio?.
- Es verdad -respondió Renata Ramos con una sonrisa, devolviéndole el guiño- no podría hacerlo cualquiera, habría que tener un don especial para la risa. Y eso es tan difícil de encontrar... -dijo Renata Ramos, justo antes de que el viento despertara sus cosquillas y sus risas.
Y así, Renata Ramos se convirtió en el mimo más grande del mundo y cada día se alegraba de ser diferente, gracias a su don especial.


Liliana Duarte Roncancio
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AMANTES
Desde hace varias noches ya, ellos se aman bajo la luz de la luna, aquella noche era especial brillante luz resplandeciente los iluminaba como nunca,  él la miro a los ojos y sin emitir sonido alguno  la tomo de su suave mano ella se dejo llevar por el instante de amor. Amor que hace brillar sus ojos y rizar su piel, los dos caminan lentamente con sus mentes y cuerpos invadidos por el temor de ser descubiertos de repente a lo lejos ven una casa grande, sombrío sus puertas y  ventanas reflejan  el paso de los años.
De repente están frente a aquella casa, la puerta esta  abierta, es una  oportunidad perfecta para dejar aflorar ese amor prohibido, al entrar los invadió un frio espantoso que atravesó sus cuerpo, se abrazan y caminan por un largo pasillo al final encuentran una habitación en la que el paso de los años se evidenciaba en cada uno de los objetos que allí se encontraba los dos en medio de su locura y por escapar aunque fuera por un instante de sus realidades no se percataron de aquel escenario, poco después de estar allí comenzaron a suceder una serie de cosas extrañas; quejidos, ruidos ,golpes, gritos y  lanzaban objetos,  se abrió la ventana toda la habitación por un instante se oscureció profundamente ellos se organizan y salen de inmediato y en ese instante suena el campanario y marca las doce campanadas, los dos corren afanados por llegar a sus casas no se habían dado cuenta de cual tarde era tal ves porque deseaban tanto aquel momento que para ellos el tiempo se había detenido.
Al llegar a sus hogares todo parecía normal no había pasado mas de media hora cuando de pronto volvieron los ruidos extraños ninguno pudo conciliar el sueño ambos se preguntaban que habrían hecho mal a quien seguramente ofenderían sin querer, él busca  la manera de llamarla sin ser descubierto ella con la astucia que caracteriza a toda mujer y sin levantar la mas mínima sospecha le contesta para volver a aquél lugar y buscar una explicación sensata a todo lo sucedido.


Al volver aquella casa se dan cuenta del aspecto sombrío  y escalofriante de ese lugar abren la puerta y caminan hacia la habitación del fondo en donde ellos habían estado ,al entrar se percatan de un olor muy fuerte pero que no pueden descifrar y que antes no lo habían percibido  ella comienza a reprocharle el hecho de haberla llevado a ese lugar tan extraño, él por su parte se defiende reiterándole que en ningún momento  la había obligado; reproche iba reproche venia y en medio de la discusión de la nada aparece una mujer fantasmal de estatura exorbitante, su atuendo desgarrado y su rostro  reflejaba el dolor que había sentido al morir en manos de su amor prohibido, ella se queda por un instante viéndolos discutir, ellos se percatan de su presencia causándoles un terror indescriptible sus cuerpos se inmovilizan por completo, en medio de aquella escena ellos se miran y tratan de salir corriendo, pero sus pies no les responden, ella cierra sus ojos por un instante ,y recuerda su pequeño, su bella sonrisa y sus manitos tendidas hacia ella toma fuerza, y agarra la mano de él y salen de la habitación; sin pensar corren  por el pasillo hacia una escalera, que sin saber va al sótano, dé repente  suenan unas carcajadas-- era aquella mujer  fantasmal que los perseguía incansablemente, ellos se sienten supremamente agotados y es entonces cuando esa mujer los toma fuertemente por el cuello dejándolos sin aire, sin al mas mínimo aliento; entonces por sus mentes pasan un sin numero de recuerdos de sus lindas vidas y el sinsabor de haber cometido el error de traicionar su gran amor, en sus últimos suspiros estos amantes de la libertad de amar en medio de la sombras, cierran profundamente y para siempre sus ojos.
Desde entonces en aquella casa solo se escucha un fuerte lamento, dicen los que conocieron la historia que es aquella mujer  lamentando no poder volver a ver el brillo de los ojos de su hijo por dejarse llevar  de la pasión y el deseo de una relación prohibida.
                                              Nury Fernández Estupiñán

IMAGEN: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVKIfdcUakiDnSxVdPm1Zj9_-Goo5ErXNKpBH0YsoY70VOz5aIMLucOqrvX3ISh6wd1bV3IXvQZu3-Ivat3whUXFVNOSIjPej4YSXTV1L6Tdpw0YkZ9PeG7cbd-9dSUeab6-U22M6pgmc/s400/amantes-delfines.png









LA LEYENDA DEL CAFÉ COLOMBIANO




Cuentan los sabios que en la época de los primeros muiscas en los territorios de los andes habían unas plantas que daban unos frutos pequeños de color rojizo. Ningún animal las comía y nadie sabía qué hacer con ellas, o para qué servían.
Cierto día, un ganadero estaba llevando a sus llamas y alpacas a los campos para alimentarse, las llevó descendiendo por las colinas de la cordillera de los andes. Entonces llegó a un paraje donde el clima ya era un poco más cálido, comparado con las altas montañas donde habitualmente permanecían. Entonces, en cierto momento, cuando paró un poco para descansar, observó que unas alpacas empezaron a comer de esos frutos desconocidos. Cada vez que comían de los frutos intentaban comer más y más. El hombre observó que los animales se pusieron eufóricos y parecían estar más felices de lo habitual. Parecía como si cierto frenesí se apoderara de sus rebaños. Las llamas empezaron a correr y a juguetear entre ellas y pese al gran viaje que habían tenido y a las distancias que habían recorrido, parecía como si no estuvieran cansadas, como si tuvieren más energía y como si sus fuerzas se hubieran renovado.

Al principio el hombre estuvo escéptico por lo que vio. Pensó que tal vez era simple casualidad y que sus rebaños estaban contentos por estar en un nuevo entorno. Pero al regresar a su tierra, arriba en las montañas, observó que los animales se comportaban de forma diferente, parecía como si la apatía y el cansancio se apoderara de sus hermosos animales.
Esto se repitió varias veces, el hombre descendía por las montañas y llegaba hasta donde estaban esos frutos rojos y enseguida sus rebaños los comían y saltaban de alegría. Pero cuando subía montaña arriba, los animales volvían a la monotonía.

Entonces, este hombre muisca recolectó una cantidad de estos frutos y los llevó a su aldea. Preguntó a sus amigos si conocían ese fruto. Nadie sabía nada.  Dos días después, alguien dijo que ese fruto no servía para nada, que lo mejor era arrojarlo a la hoguera. Cuando lo hicieron, el primer hombre muisca se preocupó, pese a que los frutos fueron a parar al fuego, logró rescatar varios de estos. Los frutos quedaron tostados por las llamas.
Entonces el hombre notó que un aroma delicioso y especial salía de estos frutos tostados. Tuvo una idea, los machacó y los hirvió en agua. El aroma se conservaba, y el agua se puso de color marrón oscuro. Cuando el hombre bebió esta agua, solo para experimentar su sabor, disfrutó de una bebida muy especial.

Enseguida el hombre notó que se sentía, más activo y lleno de nuevas energías. Luego, este hombre repitió el ejercicio varias veces y descubrió que cada vez que tomaba de esta bebida, extraída de los frutos rojos, se sentía más alegre y enérgico. Así, fue como comprendió mejor la reacción de sus animales. Pronto compartió lo que había descubierto con sus compañeros de la tribu. Y pasó poco tiempo antes de que esta bebida se convirtiera en la bebida oficial de la comarca.
Fue así, como el café de Colombia llegó a ser descubierto. Siglos después, a la llegada de los colonizadores europeos, la bebida llegó a ser muy apreciada en las altas cortes españolas, francesas e inglesas.

En la actualidad, todo el mundo disfruta de esa bebida suave, energizante y de gran aroma que se conoce como…

¡El café de Colombia!

Leyenda inventada y escrita por Cristian David Castro Mozuca
Credito por las imágenes: Imágenes Google




(9 al 13 de noviembre Y 16 al 21 de noviembre) 

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