sábado, 22 de agosto de 2009

Punto Uno: Actividad Dos



¿Qué pasaría si se prohibieran los libros de literatura en la escuela con los profesores, los niños, la escuela y la sociedad?


La pregunta del título aunque bastante hipotética, nos permite hacer importantes reflexiones sobre el valor de la literatura en la educación y su significado para la sociedad.

“Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.” Ese dicho tendría toda su aplicación en esa situación. Los seres humanos a veces damos por sentado lo que tenemos y solo hasta cuando aquello que se tenía se deja de tener entonces es cuando lo echamos de menos y le asignamos el valor que siempre, por derecho debió tener.

Muchas veces no reflexionamos en el valor de las cosas que tenemos solo hasta cuando ocurre lo imprevisto. ¿Qué hay de nuestros sentidos, de muchos miembros, funciones o atributos que tiene nuestro cuerpo que muchas veces pasamos por alto? ¿Qué pasaríamos si no tuviéramos cabello? A veces nos quejamos que no es rizado o lizo, que es demasiado grueso o delgado. Pero tenemos cabello y eso es una gran bendición.

Con la literatura pasa lo mismo. En un buen número de ocasiones la pasamos por alto, tanto como sociedad y peor aún como docentes. Damos por sentado que tenemos a nuestra disposición una amplia variedad de información, rica en contenido, rica en conocimiento, rica en estilo, rica en instrucción, rica en imaginación. Muchas veces le asignamos a la literatura el último lugar en nuestra labor docente.

Muchos docentes dicen a sus alumnos que mejor se vean la película antes de leer el libro. Si bien es cierto no tenemos nada contra las películas, sabemos que una obra creada que se ve en la pantalla es un producto final donde no hay que imaginar nada porque todo está imaginado para nosotros. Cuando leemos desarrollamos habilidades en nuestra imaginación. Creamos el escenario, imaginamos los personajes, nuestra mente imagina las voces de los que intervienen, los colores de su indumentaria y los instrumentos que usan.

Nuestra mente reproduce los sonidos, nuestra nariz percibe los olores a través de la imaginación y reproduce todo el entorno. Nuestra mente se convierte en un estudio de cine y allí aparecen los personajes protagónicos y antagónicos, aparecen los extras y se recrean los efectos especiales así como los efectos de sonido, el vestuario y la fotografía. ¡Cuánto logramos con la lectura!

Pero imaginemos un mundo donde eso no fuera posible. Nuestros niños no se deleitarían con las fábulas o cuentos. ¿Podemos imaginar una infancia sin Blanca Nieves, Caperucita Roja, los cuentos de los hermanos Grim, Tom Sowyer, el ratón Pérez y tantos otros relatos más? ¿Podemos imaginar un mundo sin la literatura de personajes como García Marquez, Pablo Neruda, Vargas Llosa, Luis Borges, Julio Cortazar, Mario Benedeti, Juan Rulfo, Ernesto Sábato, Carlos Fuentes, José Marti, Octavio Paz, por solo mencionar algunos.

¿Dónde estarían el naturalismo mágico, el verso y la prosa? ¿Quiénes serían los héroes de nuestros niños? ¿Dónde estaría la imaginación de los adultos? ¿Cómo podríamos imaginar un mundo mejor?

Afortunadamente pensar que la literatura no existiera en la escuela solo es algo hipotético, porque la literatura existe y siempre existirá. Pero es posible que esa situación hipotética sí se esté dando. Y eso ocurriría si no creamos los espacios propicios para fomentar aprecio y deleite en la lectura. Eso podría estar ocurriendo si no estamos leyendo con nuestros estudiantes, si no estamos dando el ejemplo e infundiendo amor por la lectura.

De modo que, aunque es una situación hipotética (nunca se prohibiría la literatura en la escuela), sí pudiera estar ocurriendo en la realidad de otra manera y sería mediante nuestro propio abordaje como maestros al tema de la lectura y la escritura.

Así que la reflexión queda para todos nosotros en cuanto a si estamos fomentando la lectura, la literatura y la escritura. Si lo hacemos estaremos guiando a una nueva sociedad más imaginativa, con mente más abierta y más pluralista. ¡Y mucho de ello, depende de nosotros los docentes!



Crédito fotos / Imágenes GoogleCréditos lista de escritores latinoamericanos, http://listas.20minutos.es/?do=show&id=55

PARA ANEXAR UN RELATO

Miraflores hermoso jardín rodeado por una montaña que inspiraba hasta al más insensible ser humano, con amaneceres llamados por el dulce olor de la guayaba que cocinaban las abuelas para crear esos deliciosos postres con los que alegraban la llegada de la escuela de sus nietos.
Ahh bella Miraflores, en el que las personas no solo se enamoraban con encantos terrenales, sino con la magnificencia y toque del creador en algo tan sublime el paraíso para los seres humanos.
Todo en este pueblito recóndito era agradable y placentero hasta los regaños del abuelo Matías por salir corriendo y dejar abierto el solar.
En este hermoso lugar vivía Valentina una niña enamorada de los libros de literatura, a ella no le hacía falta viajar, su imaginación la llevaba a través de un viaje placentero a mundos que a su vista, creo que nunca habría podido divisar, esta pequeña era lo que se diría una libro adicta.
Pedro Petra docente del pueblo conocido por su vasta cultura, ah y además ser el encargado de la biblioteca la única biblioteca del pueblo, disfrutaba ver el goce de los niños por los libros, esas miradas brillantes y extasiadas de conocimiento.
Todo era tan armónico tan hermoso, hasta que en uno de esos vaivén de la vida Pedro Petra tuvo que ser trasladado no por malo, por bueno, sí, lo enviaron a el pueblo vecino a promover la lectura.
Ese día funesto Valentina y sus amiguitos se sintieron desolados
-No pequeños la lectura no termina con una persona –decía Pedro- empieza con el gusto el placer y eso ya lo tienen, adelante…
Con esas palabras se despidió Pedro Petra, y desde entonces y durante meses nuestro amigo no supo nada de Miraflores, ahhh como extrañaba ese olor a guayaba.
Por una de esas órdenes que más parecían del demonio sacaban todos los textos de literatura de los pueblos, las ciudades y los países, que horror cultural, social, mejor que bestialidad para el goce y el disfrute de la humanidad.
Era el caos ya no estaban los cuentos para viajar a mundo inimaginables, las historias de amor o los poemas que enaltecían el alma, las historias de aventuras que nos hacían sentir héroes, era todo gris de ese gris que nos seca el alma…
Pedro Petra desesperado no quiso más sino huir, se quedo pensando y recordó la bella Miraflores, no tardo en llegar y fue como un renacer, todo tan bello como lo recordaba, que alivio para el alma, pero que extraño parecía un pueblo fantasma, claro sin perder ese encanto natural.
¿Dónde se encontraban todos?
Recordó aquel único y legitimo lugar que sentía realmente suyo en todo el planeta, la biblioteca de Miraflores.
Sí, y allí encontró a sus amados libros y amigos, era maravilloso parecía un templo en el que se rendía culto a Dios, todos los niños estaban sentados en el suelo disfrutando la lectura de Valentina, que como su nombre lo decía con valentía se atrevió a enfrentar a aquellos que querían acabar con la historia y el placer de la humanidad los libros.
Desde entonces Miraflores se convirtió en el lugar predilecto de lectores de todo el mundo y el templo de costumbres, saberes y sentires del mundo entero.

LILIANA DUARTE RONCANCIO

1 comentario:

  1. Me dejaste pensando ¿por que me gusta leer?... Ahora estoy leyendo Tonino, el niño invisible de Giani Rodari, y resulta que me gusta sentir las palabras, degustarlas, ver como se unen las unas con las otrs... apra ser capaz de darme la relación de situaciones... en que se enfretan este niño...que a Rodari, le dio por poenrlo en una de las situaciones que tanto sueñan los niños volverse invisibles... qué pasará, me pregunto, qué pasará y em entran las ganas de saber, de descubir que le va a pasar a Tonino, cuando elq ueiere que loa bracen y no lo consigue..

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