viernes, 28 de agosto de 2009

Punto tres: Actividad Tres


Exclusiva: Entrevista al amor

Por Cristian David Castro Mozuca

Estamos en esta tarde entrevistando a una de las emociones humanas más importantes, si no es que es la más importante en la vida, y para nosotros es un gran privilegio contar con su presencia aquí en nuestro estudio de grabación esta tarde. Se trata ni más ni menos que de EL AMOR

Entrevistador: Amor, para entrar en materia, quisiera comenzar con algunas preguntas un tanto de curiosidad, sobre su propio aspecto. Muchos de nosotros nos lo hemos preguntado muchas veces y no queremos perder la oportunidad. Amor, ¿cuánto pesa usted?

Amor: ¡Qué buena pregunta! La verdad nadie me la había hecho. Tal vez por pena o por ocuparse de asuntos que la gente considera menos triviales. Pero sin duda esta es una pregunta importante. Mi peso es un asunto relativo. Puedo pesar todo lo que usted imagine si hablamos del sentido más abstracto o también puedo pesar algo muy mínimo si de medición física se trata. Permítame explicarle eso: Si se trata de relaciones entre seres humanos, como las relaciones de familia o amistad, creo que el amor lo es todo. Es el vínculo que mantiene las relaciones; semejante al vínculo que la fuerza de gravedad hace que los objetos se mantengan adheridos al piso. No fue casualidad que el hombre más importante que ha pisado este planeta dijo que los dos mandamientos más importantes son amar a Dios y amar al prójimo. No obstante, en el segundo aspecto, es decir, el aspecto de la medición física, puedo pesar muy poco, por ejemplo puedo pesar lo mismo que un pétalo de una flor cuando el enamorado acaricia la mano de su amada con una rosa. También puedo tener el peso de una pequeña hoja de papel, cuando enviamos a un ser querido una tarjeta que le dice cuanto lo queremos o cuánto le extrañamos, así como el bienestar que le deseamos. También puedo pesar lo suficiente como para hundir las teclas de un teléfono y llamar a alguien en la distancia; también puedo pesar lo que se necesita para que un ratón de un computador haga clic en el botón de envío de un mensaje de amistad. De igual forma, puedo pesar el peso de una casa, que un padre construye con dedicación para su familia, o puedo pesar lo que pesa un suéter que una madre suministra a su pequeño hijo para que no sienta frío. Como puedes ver, mi peso puede adoptar diferentes medidas, desde las pequeñas fracciones de una onza, hasta toneladas y toneladas, según sea el caso.

Entrevistador: Qué interesante respuesta. Nos alegra conocer esto. Ahora una pregunta un poco más indiscreta… ¿Cuánto mide usted?

Amor: Bien amigo, la verdad esta pregunta no me parece nada indiscreta y te la voy a contestar de una forma simple. Esto será un secreto entre usted y yo, y, bueno… la audiencia que nos está viendo en este momento. A veces la gente dice que soy muy grande, pero debo confesar hoy, aquí frente a todos ustedes que soy de tamaño pequeño. Muy pequeño, tan pequeño que puedo alojarme dentro del corazón humano que solo mide lo mismo que el puño de una mano. Y cuando me alojo allí, puedo cambiar el curso de la historia, puedo tocar las fibras más profundas del sentir humano de modo que puedo generar sentimientos como compasión, generosidad, bondad y altruismo. Como ves, no necesitas de un lugar demasiado grande, espacioso o lujoso. Mi mejor refugio es un corazón humano, lleno de agradecimiento y aprecio por la vida y por sus semejantes.

Entrevistador: Amor, ya que veo que usted no se molesta con este tipo de preguntas voy a tomarme el atrevimiento de hacer otras en la misma línea de pensamiento. Por ejemplo, ¿a qué huele usted?

Amor: Bien, la verdad es que puedo oler muy bien y en momentos puedo ser apestoso. Huelo bien cuando el enamorado se aplica alguna fragancia para visitar ir a llevar a cenar a su enamorada. Huelo bien cuando los humanos se perfuman para asistir a sus actividades cotidianas. Huelo bien, cuando todo se limpia con el propósito de crear amistad. Pero déjeme decirle que en ocasiones mi olor puede ser para algunos algo desagradable. Por ejemplo, ¿qué hay si hay que tomar ese remedio que no huele bien, pero que va ayudar a sentirse mejor a un enfermo? También el olor del abono quizás no es el más agradable, pero el labrador sabe que para producir frutos y hortalizas de la mejor calidad se necesita que yo huela a eso. Como ves, puedo adoptar diferentes olores, pero cuando esos olores se visten de mí, es decir de amor, hace que todo olor que huela a mí, agradable o apestoso, valga la pena.

Entrevistador: Y… ¿de qué color es usted?

Amor: Bueno en algunos círculos me llaman el camaleón. La verdad es que me gusta camuflarme en diferentes colores. Me mimetizo y me gusta vestirme todos los días y a cada instante en un arco iris de colores. Uno de mis colores favoritos es el amarillo, por eso tú verás que casi todas mis camisas son amarillas. Cuando lo hago el sol sale y me he dado cuenta que la gente se siente más contenta, más motivada. Pero si observas un poco más, casi todas mis abrigos y bufandas son son grises. Esto es cuando el día es frío y lluvioso. Sé que a algunos no les gusta verme cuando me pongo estas prendas pero son necesarias, hacen que el campo se vuelva verde a través del rocío o de la lluvia y que los capullos florezcan. Allí es entonces cuando me visto del blanco de las azucenas, del rojo de los claveles, del encanto de las violetas. Pero como camaleón me sé mimetizar en el sonrojo de una mirada de amor, en el brillo de los ojos de alguien que entiende algo nuevo, del color de una hermosa abeja que visita cada flor para darnos su deliciosa miel. Me puedo vestir de color asfalto para que un atleta realice sus sueños, me puedo transformar en el color plateado de unas canas de una persona madura que nos da su consejo, y aún más, en el color dorado de una insignia o un reconocimiento.

Entrevistador: ¿Tiene usted algún sabor?

Amor: Por supuesto y como podrá imaginar tengo muchos sabores. Pero uno de mis favoritos es el del chocolate. La gente sencillamente se siente muy cómoda cuando mi sabor es el del chocolate. Desde los niños que disfrutan sus caramelos de mi sabor hasta los abuelos que me esconden en barras que comen cuando nadie los ve. Cuando estoy presente con el sabor a chocolate, la gente se siente tranquila y relajada. Hasta los novios lo saben y me tienen muy en cuenta a la hora de regalar algo a su amada. Por supuesto tengo otros sabores, pero sin duda cuando mi sabor es chocolate la gente enloquece. ¿Me puedes creer que hasta ya hay un desodorante que venden con aroma a chocolate?

Entrevistador: ¿Y su forma? ¿Tiene usted alguna forma?

Amor: Tengo muchas formas, pero no me puedo transformar en todas las formas. Tengo forma de pastel de celebración. Tengo forma de reloj despertador, el cual utilizan los padres abnegadamente para despertarse temprano y atender sus deberes e ir a trabajar. También tengo la forma de una mascota, que alegra la vida de muchas personas. Pero afortunadamente no me puedo transformar en nada que resulte perjudicial. Por ejemplo, no me puedo trasformar en ningún objeto que le haga daño a nadie. No me puedo transformar en habla hiriente, porque eso haría daño a muchos. Tampoco me puedo transformar en chismes o en contiendas. Afortunadamente, digo yo, porque ninguna de esas formas me gustan ni van con mi personalidad.

Entrevistador: Qué buenas respuestas nos ha dado hoy el amor en exclusiva en esta entrevista. Me están indicando que estamos pronto para irnos a un corte para comerciales y que nos queda tiempo para dos preguntas más. Amor, ¿A qué suena usted? ¿Cuál es su música o ritmo?

Amor: También debo decir que adopto muchos sonidos, algunos de los cuales, no gustan ser escuchados, o por lo menos al principio. Por ejemplo, el sonido de un padre que corrige, a sus hijos con amor. El sonido de un maestro que indica a sus alumnos que hay que esforzarse más por lograr la excelencia. Y por supuesto tengo sonidos que son favoritos entre los humanos, el canto de una madre que arrulla a su bebé, el sonido de una campana que indica el inicio o el fin de algo, el sonido de un “te quiero.” Pero quizás el sonido que más me gusta, es ese sonido que hago en la voz de la conciencia de las personas cuando les indico lo que es más acertado hacer.

Entrevistador: Amor, y la última pregunta es ¿Cuál es su textura? ¿Qué se siente al tocarla? Permítame intuir que usted también tiene muchas texturas diferentes. Por eso quisiera transformar la pregunta y preguntar ¿cuáles son sus texturas favoritas?

Amor: Me pones en aprietos con esa pregunta. Quizás una de mis texturas favoritas es la de las lágrimas humanas. Pero por favor, no me malinterpreten. No me gusta el sufrimiento. Lo que más me gusta es la textura líquida de las lágrimas humanas que se derraman por felicidad. Mire a ese padre que ve con alegría a su hijo aprender a caminar. Cuando su hijo se gradúa. Mire a ese pariente que ha estado lejos y se reencuentra con sus seres queridos. Mire a ese cineasta que derrama lágrimas de júbilo cuando el desenlace de la película es conmovedor. Esos son los momentos de la vida humana que en los cuales me gusta estar presente y por eso de todas las texturas, la textura de las lágrimas de felicidad humana son lo mejor.


La preeminencia del amor

Capitulo 13:

13:1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 13:2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 13:3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 13:4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 13:5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 13:6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 13:7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 13:8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 13:9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; 13:10 más cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. 13:11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. 13:12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. 13:13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

Entrevistador: Amor, en verdad nos has dejado mucho en qué pensar en nuestra entrevista de hoy. Nos sentimos muy privilegiados de que haya estado con nosotros aquí hoy. Gracias por honrarnos con su presencia. Esperamos poder tenerlo en estos micrófonos muy pronto nuevamente. Y a todos ustedes, gracias por estar con nosotros y seguir esta entrevista. Que todos nosotros invitemos al amor en sus diferentes formas, olores, sabores y texturas a acompañarnos todo el tiempo en nuestras vidas.

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