viernes, 14 de agosto de 2009

Punto Tres


¿Qué pasaría si a los docentes les gustara leer y escribir?

El docente es quien selecciona promueve y evalúa en los estudiantes materiales de lectura, pero esta selección debe estar apuntada por la experiencia personal y profesional del mediador. Para muchos de nosotros, los libros han formado parte del entorno familiar, o nos hemos acercado a ellos en espacios alternativos, hemos devorado páginas de relatos, cuentos, poemas, que han convocado infinitos juegos de imaginación. Juegos que se multiplican en el quehacer del promotor de la lectura.

Ser lector es la primera condición del promotor de la lectura, porque sin ella es muy difícil que podamos transmitir el gusto por leer, la figura del docente como modelo, se transforma en el articulador de la promoción de lectura, entendiendo que se debe poseer conocimiento en el universo literario, competencia lectora y formación didáctica para prefigurar el encuentro del estudiante con el libro. No de un solo niño sino de muchos que en su diversidad tienen exigencias, gustos y preferencias diferentes.

La lectura no es una actividad que se realiza en abstracto; se lleva acabo sobre diversos soportes, entre ellos el soporte por excelencia el libro, también es importante la participación y acompañamiento de promotores de lectura.

La lectura y la escritura son dos caras de una misma moneda y la necesidad de que estas vayan de la mano en la escuela, con el fin último de que los niños encuentren en la lectura y la escritura dos herramientas por excelencia para desarrollar la creatividad, la imaginación, para conocerse mejor y para crecer intelectualmente.
Los buenos libros, dentro de una selección de títulos amplia, constituyen las posibles lecturas, de los muchos estudiantes que tengan acceso a ella.

Buenos libros docentes lectores, planificadores y entusiasmados un buen proyecto o programa de promoción de la lectura, la biblioteca escolar como generadora de propuestas en el marco de la comunidad escolar y la participación de los padres, son todos elementos necesarios para que la escuela cumpla no sólo con su rol de enseñar a leer y escribir a los niños, sino que también les muestre como la palabra escrita enriquece sus vidas logrando el reconocimiento propio y la relación con la alteridad.


1 comentario:

  1. Nos gazoriamos a los chicos y chicas... en una palabra en esa aula no habria aburrimiento solo puertas y ventanas.... y chicos entrando y saliendo por ellas... vaya todo de lo que somos capaces... Adelante profes... y compañeros a disfrutar de nuestra imaginación. No nos llega recibo por consumir esta... o qué pasaría si llegara???

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