Pensando en la ética y la estética

ACERCA DE LA ÉTICA Y LA ESTÉTICA

(El Pensador de Rodin - Foto tomada por Cristian Castro en el MAMBO)

Pensando en la ética y la estética, voy a presentar un punto de vista personal que seguramente sonará muy subjetivo para quienes se encuentren con este texto. Esto teniendo en cuenta que la objetividad aparente no es más que otra subjetividad.

La ética siempre ha sido, desde tiempos inmemoriales, motivo de análisis y discusión entre los pensadores más dedicados. Siempre se ha debatido entre los hombres lo que es ético y lo que no. Algunos sostienen que la ética depende de quién la mire. No obstante, en mi opinión, todos tenemos dentro de nosotros un mecanismo que nos dictamina lo que es ético y ese mecanismo es casi que universal en los hombres. Se llama la voz de la consciencia. ¿Son las comunidades religiosas más éticas qué las comunidades que no tienen un concepto de Dios? Observemos lo que sucede con las leyes de los países, tanto orientales como occidentales y así mismo países que se declaran en su generalidad como ateos (aunque siempre viven allí personas religiosas).

Las leyes son en una generalidad las mismas y buscan lo mismo, es decir el bien del hombre y de su semejante. No robar, no matar, no hacer cosas nocivas contra otros. Son principios universales desde siempre y hasta siempre. ¿Y por qué se le ocurrió a una sociedad de seres que alguna vez vivió en un planeta de una galaxia del sistema solar en este vasto universo pensar en la ética?

La respuesta está en quién creó a la humanidad. Un escritor bíblico declaró: “14 Porque siempre que los de las naciones que no tienen ley hacen por naturaleza las cosas de la ley, estos, aunque no tienen ley, son una ley para sí mismos. 15 Son los mismísimos que demuestran que la sustancia de la ley está escrita en sus corazones, mientras su conciencia da testimonio con ellos y, entre sus propios pensamientos, están siendo acusados o hasta excusados.” (Romanos 2:14, 15.)

Qué bueno contar con semejante don tan especial, provisto por nuestro creador. Pero por supuesto está la pregunta ¿somos propensos a escuchar la voz de nuestra conciencia dada por Dios? La ética se resumiría (digo yo) en contestar esta pregunta.

Por otro lado está, el asunto de la estética. ¿Qué es estética? En inglés hay un dicho que dice, “Beauty is in the hand of the beholder” (La belleza está en manos de quien la contempla). Lo que es hermoso para una persona, puede no serlo para otra; de igual modo lo estético. Si uno hace un recorrido algo juicioso por la historia del arte encuentra diferentes opiniones sobre la historia del arte. ¿Qué pensaba Tiziano de la belleza? ¿Probablemente su opinión difería de la de Monet o Renoir o Diego Velasquez de Siva? Y, ¿a qué conclusión llegamos cuando analizamos a Gougin, Polloc o Picasso? Basta ver “Guernica” y contrastarlo con “La lechera” de Vermeer para constatarlo.

En cuanto a la literatura que se ha escrito en el mundo. ¡Cuánta variedad hay! ¿Cuáles son las mejores obras? De nuevo lo subjetivo.

No obstante la belleza, es decir, la estética es otro gran regalo de nuestro amoroso creador. Tal vez lo que es bello para alguien no lo sea para su semejante. Pero ambos saben que es lo estético, a su modo, y ambos disfrutan, a su modo, de lo que consideran estético.

Podríamos hablar ahora de otras manifestaciones artísticas. Por ejemplo, la música. Pero de nuevo llegamos al punto, de que sin importar si nos gusta Vivaldi o Maná o El binomio de oro o R.E.O Speedwagon, todos sabemos lo que nos gusta y lo que es bueno.

¡Qué grandes dones se nos han dado!

Por Cristian David Castro M.